Del mexa. Un pájaro enamorado/Cantando en el florestal
Oda a una silla vacía (la silla no sale en el poema)
1.m.
Puedo quedarme horas pensando
en el beso que te di en el parque
en la parte más hundida de un charco
en el pedazo más desnivelado del día
en el rumor de los perros esteparios
y del tipo que nos ve desde la esquina
con ojos de cerveza caliente
puedo quedarme en lo más hundido del parque hundido
a un lado de la brisa mañanera y de la orina
y del rítmico ajedrez de los basquetbolistas
porque no me canso de mirar el rostro magullado de benito
ni el sombrero mustio de zapata
que la mierda de los pájaros deforma
acá puedo estar estancado hasta la muerte
con la paciencia de un reloj pasmado
y con tu mano en mi mano tambaleando
los dos mirándonos mucho
los dos mirándonos más…
pero ahora que no estoy sentado en la parte más hendida
del parque hendido
en la parte más profunda de tu ecología
en el reino de los caballos policías
en la sílaba mínuscula de un grillo
y del tipo que nos ve desde la esquina
ahora que el recuerdo es una silla vacía
(mentí, sí sale)
y que tu mano en mi mano se calcina
y en el metro mis dedos huelen a cigarro
ahora que voy sin ti a todos lados
me pasa que, de todas formas
a todos lados voy contigo
y te acaricio los codos
como tú me enseñaste
pero vaya
vaya
esto no lo digo con desgano
ni con ganas de verte a cada rato
bueno, quizás con ganas
de verte a cada rato
más bien lo digo con cariño
pues hoy me siento huequito y tú me quieres
y quizás porque me quieres
mentalmente puedo verme sentado contigo
en la parte más eriza del parquespino.
Ese día en el que te besé por primera vez
se me junta con el día en que nos despedimos.